Entrevista al filósofo sirio Sadek Yalal Aladem

"No es posible detener la evolución hacia el laicismo, ni en Europa

y Estados Unidos ni en el mundo árabe"

Desde Radio Holanda Internacional, a 27 de noviembre de 2006

traducido por Husein Khzam


“La mayoría de los reformistas musulmanes hoy en día no asumen su responsabilidad como pensadores, ya que utilizan la religión como medio para movilizar la gente y agruparla en torno a sus proyectos”.
Partiendo de esta declaración audaz, Aladen afirma que “reformar el Islam es una tarea urgente”.
Se describe irónicamente como “el ateo oficial del mundo árabe”, desde la publicación en 1969 de su libro Crítica del pensamiento religioso, que lo consagró como uno de los laicistas mas reputados en todo el mundo árabe.
Aladem, actualmente retirado, ejerció durante la mayor parte de su vida
como profesor de Filosofía Europea en la Universidad de Damasco.
Pertenece a la generación de intelectuales que cursaron sus estudios en Europa y desde allí tomaron conciencia de la evolución que guiaba al mundo árabe a una cada vez mayor presencia de la religión.
Se negó a abandonar su país a pesar de los peligros que entrañaba declararse ateo en una sociedad conservadora. Repartió su tiempo entre Damasco, Beirut y universidades europeas y estadounidenses. Actualmente es profesor visitante en el centro de estudios “NIAS” de Laiden, Holanda. Gran parte de su obra ha sido traducida al holandés.
En 2004 obtuvo el premio “Erasmus”, que compartió con otros dos reformistas musulmanes contemporáneos: la marroquí Fátima Mernissi y el iraní Abd Elkarim Soroch.

- ¿Cuál es la diferencia entre Aladem y reformistas como la marroquí Fátima Mernissi o el sirio Mohamad Chahrur?
Intelectuales como Mernissi y Chahrur tratan de reformar el Islam desde dentro, desde el mismo Islam con el que se identifican, sin dejar de cumplir como buenos musulmanes. En mi caso, busco una reforma del Islam pero nunca lo he hecho desde el Islam o como musulmán.

- ¿Cree que son reformistas sólo en apariencia?
Desde los primeros reformistas en el siglo XIX, como Yamal Addin Alafagani y Mohammad Abdu, siempre se ha cuestionado la verdadera motivación de las reformas, que era movilizar a las masas mediante la religión. Los intelectuales que buscan reformar el Islam desde dentro lo confirman cuando afirman: “Para convencer a la gente debes hablar su mismo lenguaje, en términos que puedan entender, como los religiosos”.
Como intelectual y pensador, cuestiono la postura de intelectuales como Mernissi o Chahrur. Es cierto que para modernizar las sociedades musulmanas debemos repartirnos el trabajo: reformas desde dentro y desde fuera, se lo he dicho al mismo Chahrur, necesitamos las dos perspectivas. Pero dudo de su disposición real para hacerlo desde dentro.

- ¿De verdad cree que es posible reformar el Islam?
Creo que es posible, pero partiendo de un alejamiento del texto literal del Corán, abandonando la autoridad absoluta del texto. Para los musulmanes esa es una actitud radical, porque la mayoría consideran el Corán una verdad absoluta, literal.
Por otro lado, es obvio que muchas reglas del Corán no encajan con la sociedad contemporánea, por ejemplo la ley penal y los castigos violentos que se inflingen al cuerpo (“hudud”)
[1]. Los fundamentalistas, que no dejan de ser una minoría pretenden imponer los “hudud”, y esto lleva a la mayoría de los musulmanes a una contradicción entre las leyes del Islam que deben respetar y la evidencia de que hoy en día no tienen cabida. Yo propongo, sin más, declarar oficialmente que la ley penal islámica es antigua y no aplicable hoy en día, así saldremos del dilema.
La mayoría de los reformistas todavía no afronta esa realidad por miedo a perder apoyo popular, y continúan partiendo del texto del Corán o de la Sunna
[2] como referente y verdad absoluta. Continúan refiriéndose a ellos en todas sus obras, ya sea de modo literal o mediante interpretaciones que se correspondan con los textos.

- Pero hay reformiatas radicales como Nasr Hamed AbuZed
[3], que consideran el Corán un “texto histórico”, no susceptible de ser aplicado literalmente.
Estos reformistas asumen una mayor responsabilidad al enfrentarse a la pregunta: ¿Qué cabida tiene el Corán actualmente, en línea con el conocimiento científico contemporáneo? Pero me irrita que todos ellos sigan hablando en nombre del “Islam verdadero”. Desde que los musulmanes se dividieron en diferentes grupos, cada grupo cree representar el “Islam verdadero”. Como críticos no podemos suponer que tenemos la fe verdadera, lo máximo que podemos afirmar es “este camino me parece el mejor a seguir”.

-¿Es cierto que la religión vuelve a jugar un papel importante, y cada vez más fuerte?
Creo que la evolución hacia el laicismo no se puede detener, ni en Europa y Estados Unidos, ni en el mundo árabe. La tendencia actual de “revitalizar la religión”, es un intento de recuperar algo que lleva tiempo en decadencia. Los islamistas en el mundo árabe se presentan como sustitutos de la cultura occidental, aunque no ofrecen realmente alternativas porque el Islam no tiene la capacidad de solucionar los problemas del siglo XXI.
Por eso cuando los islamistas llegan al poder fracasan dramáticamente, puestos en evidencia por sus aspectos violentos y fundamentalistas.
Los musulmanes deben despertar a la realidad de que ya no son “los señores de la historia antigua”, sino una minoría rezagada a nivel mundial. Sin ese reconocimiento de base, no veo una salida posible a la crisis que vivimos.

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[1] Hudud: significa en árabe “límites” o “leyes”.
[2] Sunna: todo lo que hizo y dijo el profeta (Mahoma), a lo largo de su vida en todos los aspectos tanto los religiosos como cotidianos.
[3] Los fundamentalistas egipcios lo amenazaron por sus ideas, lo obligaron a abandonar su país y a separarse de su mujer musulmana. Varias veces estuvieron a punto de asesinarlo.